Veremos en adelante los aspectos de la religión modelo. La religión modelo deberá abarcar los aspectos de la religión torpe y muchos más, debido a la riqueza de la religión, que se deriva de la riqueza de Dios mismo.
En los temas que no son religiosos, como la familia, la educación, el trabajo, etcétera, no es tan claro que las torpezas estén del lado de las creaturas —entre las que estamos los humanos—, y que lo que vaya hacia los modelos esté del lado de Dios. En el tema religioso así es. Por eso en el artículo anterior, "Religión torpe", los temas mencionados fueron referentes a problemas típicamente humanos:
La serie de artículos "Religión torpe vs modelo" incluye muchos artículos, de los cuales éste es el segundo. Lo cual se debe a la riqueza de la religión, y claro, de Dios mismo. Por eso convenía dedicar un artículo a señalar la división entre religión torpe y religión modelo; y ese artículo es el presente, el inicial de "Religión modelo", y el segundo (2) de "Religión torpe vs modelo".
La riqueza de religión modelo se debe a que Dios interviene en nuestras relaciones con Él, tanto en las bases de los arículos como en los desarrollos de dichas bases orientados hacia los posibles modelos. En las relaciones de nosotros con Dios, es Él quien toma la iniciativa, ¡siempre!, aunque podamos pensar que somos nosotros los que tomamos la iniciativa.
Nosotros queremos relacionarnos con Dios, y desde antes de nuestro deseo, Dios quiere relacionarse con nosotros, y permite que pensemos que la iniciativa es nuestra con el objeto de respetar nuestra libertad, de que no vayamos a pensar que Él se nos impone o que quiere imponérsenos.
Todo eso tendrá que irse aclarando y detallando en los artículos siguientes, que por lo mismo podrán ser más extensos y complejos. Para muchos lectores podrán ser considerados como un nuevo mundo, como un cristianismo mucho más amplio y rico del que venían viviendo y conociendo. Incluso podrán pensar que algunas de las cosas que les parecen novedosas en realidad son dudosas o peligrosas, y que yo (Paulino) soy un aventurero en religión, o de plano que soy un hereje (no lo soy).
Meditando lo dicho en esta investigación, podemos interpretar que los temas aquí considerados como utopías en este mundo, en el Cielo deberán ser realidades auténticas.
Toda persona puede investigar, aunque no tenga ningún título académico que lo justifique. El investigar no requiere justificación; es algo permitido por la dignidad de la persona humana. Así, sin títulos académicos, investigaron los primeros investigadores, cuando todavía no había universidades ni se otorgaban tículos académicos. Nomás pensemos en los antiguos filósofos y cientpificos griegos: Pitágoras, Parménides, Sócrates, Platón, Aristóteles, Euclides, Arquímedes, Eratóstenes, etcétera.
Los investigadores saben que se pueden equivocar, temen equivocarse, con un temor que es el temor de faltar a la verdad, y no el temor del desprestigio o de algún castigo; así como el santo temor de Dios es el temor de ofender a Dios, y no el temor del Infierno o del Purgatorio. Además, Dios es la Verdad (el Camino y la Vida).
Los investigadores, si son auténticos, tienen el firme propósito de descubrir sus errores, de darlos a conocer y de corregirlos. Y también descubrir el camnio que los llevó al error. Y si no pueden corregirlos, invitar a futuros investigadores a que los corrijan, y también a que los descubran en caso de no haberlos descubierto.
Un investigador no es un hereje. Un hereje es alguien que se niega a reconocer sus errores en temas de fe divina; es un necio, un terco, un fanático de sus propias ideas, un soberbio, alguien a quien no le importa perder la fe divina (yo no soy eso).
Un católico que investiga en temas religiosos o teológicos es alguien que sostiene sus comclusiones o ideas a modo de sugerencias que puedan ayudar teológicamente al magisterio de la Iglesia (yo soy eso).
Bien, aclarado esto, sigamos adelante.
Jul 20, 23 10:59 AM
Jul 01, 23 10:29 PM
Dec 25, 21 12:30 PM
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