Los artículos siguientes, en que se compara la religión torpe con lo que sería la religión modelo, mostrarán que el desarrollo de la religión modelo se consideraría hoy como una utopía.
Ya desde aquí quiero aclarar que todo lo que se diga sobre la religión católica en este sitio web es responsabilidad mía (Paulino), y que se trata de reflexiones, a modo de sugerencias, que puedan ayudar teológicamente al magisterio de la Iglesia.
De los 7 artículos que aparecen en "Torpeza vs modelo", éste es el más largo e importante de todos —en realidad es una serie de artículos—, por lo cual requiere una presentación; y el presente artículo es dicha presentación. Después escribiré los otros 5 artículos, referentes a educación, trabajo, sociedad, mundo y valores. El artículo referente a la familia ya está escrito.
En esta presentación me parece importante considerar dos temas: el punto de vista de Dios, y nuestras principales crisis actuales. Después de estos dos temas aparecerá un índice contextual de los restantes artículos del desarrollo general de "Religión torpe vs modelo".
La religión habla de las relaciones entre el hombre y Dios, en lo cual está el punto de vista nuestro y el punto de vista de Dios. Al hablar de religión nosotros consideramos mayormente el punto de vista nuestro, ya que consideramos cómo funciona o se desarrolla la religión en nuestro mundo y en nuestra vida presente. El punto de vista divino está de fondo, pero lo consideramos en mucho menor medida debido a las dificultades que implica; sin embargo, es el punto de vista más importante.
Las dificultades implicadas por el punto de vista divino se derivan en gran parte de que Dios es eterno y omnipresente, es decir, que Dios existe independientemente del tiempo y del espacio. Por eso, a fin de intervenir en nuestras vidas Dios lleva a cabo un peculiar proceso de inculturación.
Por ejemplo, Dios habla con nosotros como si Él estuviera en nuestro tiempo y en nuestro espacio, y nos habla en nuestro lenguaje. Y así, en la revelación divina suele decirse que Dios nos hace preguntas, como si Él no conociera de antemano nuestras respuestas: "¿Y quién, (Dios) le dijo, te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol de que te prohibí comer?" (Génesis 3, 11).
Como este ejemplo hay mucho otros, la Biblia está llena de ellos, y también de muchas otras formas de inculturación. Pese a la dificultad de conocer el punto de vista divino cuando no está revelado explícitamente, nosotros necesitamos conocerlo al menos en cierta medida, porque de otra manera algo de lo revelado podría quedar confuso.
Pongamos el ejemplo del siguiente texto, referente al día y la hora de la segunda venida de Cristo: "De aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre" (Mateo 24, 36). Alguien podría pensar que sólo el Padre lo sabe, y nadie más, ni el Verbo Divino ni el Espíritu Santo; lo cual es imposible. Si conocemos el punto de vista divino podemos entender dicha frase del siguiente modo: De aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo en cuanto hombre, sino sólo el Padre, el Verbo divino y el Espíritu Santo.
Para conocer el punto de vista divino, en cosas que no están explíciamente reveladas, conviene tener una amistad íntima con Dios, y hay que buscarla. Dios da mayores luces a quienes tienen mayor intimidad con Él. Eso puede dar lugar a que la interpretación derivada de dichas luces sea juzgada como inadecuada, por algún tiempo, incluso por autoridades eclesiásticas. Lo cual será una cruz para quien reciba tales luces. Sin embargo, la verdad siempre triunfa al final.
Convenía adelantarnos mencionando, ya aquí, algo de la inculturación divina hacia nosotros. Más adelante trataremos de esto con mayor amplitud en el artículo "Intimidad con Dios" al hablar de la inculturación divina.
Hoy tenemos una grave crisis en nuestro mundo, relacionada con una grave crisis en la Iglesia. Y sucede como con el nudo gordiano, que, según se dice, Alejandro Magno no pudo desatar, y tuvo que cortarlo de un golpe con su espada. Es decir, en estos artículos habrá que abordar problemas grandes, graves y difíciles.
Yo tengo doctorado y soy filósofo y pedadogo de profesión, principalmente filósofo; mejor o peor, pero filósofo. La filosofía es el amor a la sabiduría; o mejor, el amor a la verdad; o mejor, el amor a Jesucristo, que es la Verdad. Ante los problemas, un filósofo no puede claudicar, no debe claudicar. Ante la crisis actual, el Papa Benedicto XVI claudicó. Yo, como filósofo, no puedo claudicar, no debo claudicar. Me podré equivocar, seguramente tendré errores y pido perdón de antemano, pero debo hacer lo mejor que pueda.
También puedo intentar comunicar cuál es mi estado de ánimo ante la crisis actual de la Iglesia. Me siento inclinado a claudicar, yo también, aunque sea filósofo, como lo hacen hoy tantos hombres bien barbados. Pero me levantó el ánimo una mujer. ¡Qué valiente mujer! Una Premio Nobel de literatura: Gabriela Mistral, profesora de primaria. En su poema “El placer de servir” me dice:
“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.
“Sé el que apartó la estorbosa piedra del camino;
sé el que apartó el odio de entre los corazones
y las dificultades del problema.
“Existe la alegría de ser sano y la de ser justo;
pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir”.
Avanzar en la tarea de deshacer la maraña de las actuales crisis del mundo y de la Iglesia es sin duda un servicio para el mundo y para la Iglesia. Hay que hacer algunas comparaciones entre ambas crisis, la del mundo y la de la Iglesia: ¿cuál es más importante y más difícil de resolver?
Supongamos que tenemos una balanza con dos platillos; en uno colocamos la crisis del mundo, y en el otro la crisis de la Iglesia. ¿Cuál pesa más? Yo pienso que pesa más la crisis de la Iglesia, porque fue fundada por Cristo, que es Dios, y la Iglesia es su Cuerpo Místico. La crisis del mundo es sencilla; se resuelve cumpliendo los mandamientos del Decálogo. La crisis de la Iglesia es algo mucho más complejo.
En la Iglesia nuestra meta es el Cielo, pero para ir al Cielo necesitamos la vida de la gracia, que no se logra sólo cumpliendo los mandamientos del Decálogo. Se requiere también del Bautismo, para que nos limpie del pecado original, porque hubo un pecado original, y muchas cosas más. Está el pueblo hebreo. Y la espera del Mesías. Y la llegada del Mesías, que para los cristianos es Jesucrísto, Cabeza de la Iglesia. Y la segunda llegada del Mesías. Y está la Biblia, con el Antiguo y el Nuevo Testamento, y con esa pequeña de sus partes que es el Decálogo. Y está la Sagrada Familia, con San José y la Virgen María. Y los apóstoles. Y los sacramentos. Y la liturgia. Y los ángeles. Y el Diablo. Y Cielo, Purgatorio e Infierno. Iglesia triunfante, purgante y militante, y el desarrollo de esta última en el mundo, con pueblo fiel, sacerdotes, obispos y un Papa. Toda la jerarquía eclesiástica. Y la Iglesia doméstica. La evangelización y el apostolado. Y todo un complejo plan de salvación para la humanidad.
Por todo eso, parece que la crisis del mundo no es la causa de la crisis de la Iglesia, sino al revés, que la crisis de la Iglesia es la causa de la crisis del mundo; que el mundo ha estado y está en crisis porque los cristianos, pastores y ovejas, no hemos hecho nuestro deber. Todo eso hay que analizar e investigar, pero aquí sólo en los criterios generales, que apuntan a utopías; criterios generales que nos ayuden a mejorar artículos torpes, para que sean cada vez menos torpes.
Aquí iremos de lo general a lo particular, es decir, de la religión en general a las religiones particulares, y finalmente a la Iglesia. Continuemos.
1. Religión torpe.
- Dios, su revelación y la religión verdadera.
- La existencia de Dios.
- Los escándalos.
2. Religión modelo.
- División entre religión torpe y religión modelo.
- Riesgos de toda investigación, y también de ésta.
3. Intimidad con Dios.
- Luces que Dios nos da.
- Intimidad con cada Persona Divina. - La inculturación divina.
- La sensibilidad divina.
4. Universal voluntad salvífica divina.
- Diálogo de Yavé con Satán.
- ¿Cuál es la problemática de todo esto?
- Consecuencias de gran interés.
- Dios es Misericordia.
5. No quisimos que Dios nos gobierne.
- Se pidió tener un rey humano, en vez de Dios.
- Consecuencias de esa decisión de Dios.
6. Sexofilia y sexofobia.
- El maravilloso don de la sexualidad.
- Somos semejantes a Dios gracias a la sexualidad.
- La sexofobia.
- Intensidad de la sexofilia.
- Satán se aprovecha de la sexofobia.
- Sexo amistoso.
- La masturbación.
7. Jurisdicción y jerarquía en la Iglesia.
- Lo que molesta a los que se han separado del Papa.
- Tenemos una jerarquía de jurisdicción.
- El peligro de la actual jerarquía de la Iglesia peregrina.
- Tremenda realidad judeocristiana y mundial.
8. Matrimonio y sacerdocio.
- Hay muy pocos sacerdotes.
- El tema referente a los eunucos.
- Edad para casarse y edad para ordenarse.
Jul 20, 23 10:59 AM
Jul 01, 23 10:29 PM
Dec 25, 21 12:30 PM
En este sitio web se admiten mecenas. Ver Mecenazgo y paz y/o Red de mecenas, donde se les agradece su generoso apoyo.
paulino.quevedo@gmail.com
Este sitio web busca la paz, primero personal y luego social. Procura descubrir y corregir los errores que se han establecido en los principales aspectos de nuestras vidas: política, moral, valores, religión, etc. Esto puede verse como algo agresivo, sin que lo sea en realidad. Importa mucho leer con mente amplia y sin prejuicios, con una actitud crítica y constructiva.